martes, 3 de marzo de 2009

Ya tocaba...

Bueno, como os escribí en mi anterior post, tenia intención de seguir escribiendo poco a poco algunas cosillas más y hoy... Ya Tocaba!!!

Lo primero es comentaros que sigo con la misma intención de seguiros escribiendo en el blog, sin embargo, desde principios de año, nuevas responsabilidades me absorben el tiempo. Por un lado esta el continuar con la investigación que realizo, de la que parafraseando a un investigador del único congreso al que he ido ( y espero que no sea el último) no puedo daros más datos (en serio, si que podría, pero se que a nadie más que a mi le interesa lo que hago, así que por el momento no os voy a aburrir... pero no lo descarto en un futuro).

Por otra parte, las obligaciones de la asociación en la que os comenté que estoy involucrado, así como mi cargo de representante de alumnos de tercer ciclo me cubren el resto del tiempo que no dedico a investigación.

Después de esta justificación de porque hace 1 mes que no escribo, voy al lío. Hoy quería comentaros mi último viaje en tren,... el cual ha sido, como describirlo curioso.

Para poneros en situación, estaba yo entrando en el coche 2 de Preferente del tren Alvia con destino a Logroño, cuando me encuentro la entrada bloqueada con una discursión entre dos señores (uno de aproxiamdamente 40 años y otro de 60) sobre como colocar las maletas... Parece ser que el señor de mayor edad, estaba acostumbrado a que su maleta (del tipo equipaje de mano de los aviones) fuera bien cómoda, ocupando todo el espacio posible del maletero. El más joven, con una maleta (ligeramente más grande.... de esas que hay que facturar) tuvo la genial idea, de que su maleta iría mejor en el maletero que en otro sitio y se dirigió a situarla en el, colocándola al lado de la pequeña... Entonces, como es habitual, el pasajero de la maleta pequeña comenzó a gritar sobre si esa "gran maleta" podría estropear la suya, o su contenido... Tras unos momentos tensos, la cordura sobrevoló al pasajero de la maleta grande y la retiro hacia otro lugar....

A la hora D (exactamente la hora que ponía en el billete) el tren partió hacia su destino, y todo fue tranquilo, hasta que empezó la película... en ese momento, el pasajero de la mini-maleta, sacó su aparato de radio y... nos hizo participes del carrusel deportivo, a todo volumen, (el hombre parece que desconocía que existen unas cosas llamadas auriculares, o pensaba que viajaba sólo con su esposa)... Tras gritar y bociferar, la victoria de Atlético de Madrid sobre el Barcelona, ( y realizar las llamadas oportunas a sus amigos del Barcelona, de las cuales se pudo enterar todo el pasaje...), desconecto la radio. Y pudimos continuar el viaje de forma tranquila.