Una bella mujer, dulce y cariñosa, que te dice al oído dulcemente: "Déjame una camisa tuya, y una corbata, que me voy a la ducha."
Tú inocentemente se la das... Bueno, realmente no inocentemente, sino con conocimiento de causa. Sabes que algo que te va a gustar puede pasar, sientes una cierta intranquilidad en tu cuerpo y en tu mente.
Te dice: "Ahora vuelvo", y se mete en la ducha. Oyes que la ducha se enciende, y tú paciente esperas a que ella salga de la ducha, tumbado sobre una cama. Esa intranquilidad continúa, sin embargo, sabes que nada malo puede pasar. Haces el nudo de la corbata y se lo dejas en el pomo del baño.
De repente la ducha se apaga... se hace el silencio, intranquilo, esperas que sucede... de repente se abre la puerta del baño y esa mujer dulce sale, con tu camisa y la corbata al cuello.
Dulcemente la miras, porque pensaste que nuca habría nadie a la que le quedara tan bien una de tus camisas, y menos una de tus corbatas, sin embargo, eso no queda aquí, sino que además aparece con una medias puestas, para completar su conjunto.
Se acerca a ti, lentamente para que puedas comprobar como va vestida, tu te acercas a ella, casi sin palabras, para decirle al oído, que esta muy guapa... sin embargo ella tiene otros planes y te lanza contra la cama, se sube sobre ti ....